Situado en la plaza Felix Huarte, nº3 de Pamplona.
Con motivo de mi cumpleaños llamé por teléfono para reservar una mesa, y entonces me hicieron la pregunta que siempre he odiado: ¿Quiere el turno de las nueve o el de la once? A punto estuve de no hacer la reserva, pero tras decirles que yo quería reservar a las nueve y media, y que si nos echaban a las once no nos íbamos a enteder, me contestaron que era poca la gente que iba al segundo turno, y que no nos meterían prisa para acabar de cenar. Lo cierto es que salimos de allí pasada la una, así que
no hubo ningún problema.
En esta ocasión estuvimos seis críticas culinarias y faltó nuestra amiga Ainhoa.
La decoración es la de una cervecería acogedora donde predomina la madera. El ambiente del bar era muy animado, la mayoría universitarios, y nos tomamos una cerveza mientras íbamos llegando todas.
Después pasamos a la mesa, un poco prietas tal vez, pero siempre es mas facil mantener la conversación en grupo, cuando estás como piojos en costura.
Pedimos unas ensaladas muy buenas y un plato para cada una tamaño XXL. Patri pidio un sandwich y le sirvieron un" triple seco", es decir, un sandwich tres veces más grande de lo normal pero más seco que la mojama. Mis hortalizas a la parrilla estaban muy buenas, y los quesos fundidos y los nachos también. El precio era acorde con la calidad y estuvimos muy agusto. Yo voto por repetir.
La última copa la tomamos en el Jumping Jester.
Mi puntuación 7,5
